El mármol, el granito y el Silestone® en toda su gama de colores, son los materiales que utilizamos para nuestros recintos acústicos. Estos triplican en densidad a las maderas (MDF) que se utilizan en, prácticamente, todas las cajas acústicas del mercado.

 

La primera consecuencia de esta gran masa, es una ausencia total de coloración en todas las frecuencias, dando lugar a unos graves nítidos y precisos, sin enmascarar a ninguna frecuencia próxima. De igual forma, proporciona unos medios definidos y naturales, apreciándose detalles tan ínfimos como el tiempo de reverberación que tiene el recinto en el que se ha realizado la grabación o el tiempo de retardo (delay) que se ha añadido a una voz o a un instrumento musical. Por último, los agudos están acompañados de una gran riqueza de armónicos, distinguiéndose perfectamente el timbre de los instrumentos en grabaciones complejas, con gran cantidad de ellos, como puede ser una orquesta sinfónica.

 

Otra gran ventaja que aporta el mármol, es la perfecta escena sonora, tanto en señales mono, con su nítida información central (se percibe al cantante como si estuviese justamente enfrente de nosotros), como en las señales estéreo, donde desaparecen las cajas y es imposible averiguar de dónde procede la información. Lo mismo ocurre cuando hay un sonido que se desplaza de un canal a otro; en este caso, puedes seguirlo virtualmente con la mirada.

 

 

Nada mejor para experimentar esto último, que el DVD-Audio de Donald Fagen "The Nightfly", donde el vibrato del piano Fender Rhodes hace alternar continuamente las notas entre el canal derecho y el izquierdo.

 

Pasando del dominio de la frecuencia al del tiempo, podemos afirmar que la respuesta al impulso de las cajas RUVEG es realmente impresionante, debido en gran parte a la elevada rigidez de los recintos. Gráfica 1 y Gráfica 2

 

Los transitorios (señales de muy corta duración y con un tiempo de ataque de la señal muy rápido) en bajas frecuencias, se manifiestan precisos, con un pico de la señal y una dinámica, ambos excepcionales. Ese pico de señal es limpio, es decir, unos microsegundos después no le acompaña ninguna vibración de los paneles que componen la caja, como sucede con las de madera, por muy bien que estén armadas. Hay que tener en cuenta que en muchas cajas fabricadas con madera, la señal generada por la vibración de todos sus paneles constructivos, puede llegar, en frecuencias graves-medias a estar en determinados picos, solamente ¡6 dB! por debajo de la curva de respuesta global de la caja, con el nivel de coloración y falta de nitidez en los transitorios que ello conlleva. Los agudos, suenan totalmente reales, con todos sus armónicos presentes, proporcionando una sensación de naturalidad en esas frecuencias tan críticas. Hay que decir que los tengan la dicha de poseer un plato de alta gama, descubrirán con las cajas RUVEG una riqueza extraordinaria en esa gama de frecuencias, ya que es sabido, que el vinilo tiene una propiedad que supera con creces al CD (16 bit/44.1 Khz), y es la reproducción de los transitorios de alta frecuencia (se asemejan a señales cuadradas por sus tiempos de ataque muy rápidos, generando gran cantidad de armónicos) como son los sonidos de los platos de la batería, el chaston, el triangulo o el piano en la octava más alta; en el vinilo estos armónicos se conservan, sin embargo en el CD, al existir un filtro anti-aliasing a la mitad de la frecuencia de muestreo (22,05 Khz), ciertos armónicos desaparecen; por el contrario, el resto de los parámetros del CD, como son la relación señal-ruido, la diafonía o separación de canales, la dinámica, la distorsión, la respuesta en baja frecuencia… etc. mejoran respecto al vinilo. Y si comparamos ambos con el SACD (Super Audio Compact Disc), la diferencia es bastante apreciable, tanto en dinámica como en frecuencia (respuesta mucho más lineal y extensa en todo el ancho de banda), eso sin hablar del multicanal, que aporta una dimensión mucho más real (en otros casos ficticia, al estar realizado en estudio, pero por otra parte, muy gratificante) a la música. Ver links de discos en SACD recomendados, grabados en estudio y en acústicas reales.

 

La gran dinámica de nuestras cajas, también se ve beneficiada por los materiales de sus recintos, al no perderse parte de la energía del altavoz en vibraciones internas de la caja; en los sistemas RUVEG, toda esa energía se emite al exterior, de ahí, ese gran pico de la señal directa que aparece en la respuesta al impuso de la gráfica anterior. Quiero recalcar la poca relevancia que adquieren las reflexiones primarias, secundarias y por supuesto el campo difuso, frente a esa tremenda energía del sonido directo, lo cual provoca que con su audición, nos traslademos a las actuaciones en vivo y en directo.